Publicado en Camino al Andar
11 de septiembre de 2022
Por Carolina Elizabeth Díaz Iñigo
El Congreso Nacional Indígena CNI, se constituyó el 12 de octubre de 1996, planteándose ser la casa de todos los pueblos indígenas de México, un espacio donde puedan reflexionar, organizarse y fortalecer sus luchas. El CNI está conformado por los pueblos: Amuzgo, Binnizá, Chichimeca, Chinanteco, Chol, Chontal de Oaxaca, Chontal de Tabasco, Coca, Comcac, Cuicateco, Cucapá, Guarijío, Ikoots, Kumiai, Lacandón, Mam, Matlazinca, Maya, Mayo, Mazahua, Mazateco, Mixe, Mixteco, Nahua, Ñahñu/Ñajtho/Ñuhu, Náyeri, Popoluca, Purépecha, Rarámuri, Sayulteco, Tepehua, Tepehuano, Tlapaneco, Tohono Oódham, Tojolabal, Totonaco, Triqui, Tzeltal, Tzotzil, Wixárika, Yaqui, Zoque, Afromestizo y Mestizo.[1]
Frente al despojo neoliberal que enfrentan los pueblos originarios, cada vez es más común que las mujeres participen activamente junto con sus comunidades para defender su territorio y la seguridad de sus pueblos y familias. Como ejemplo de lo anterior, tenemos la propuesta del Congreso Nacional Indígena (CNI) de crear un Concejo Indígena de Gobierno (CIG) cuya Vocera fuera registrada en las boletas electorales del año 2018.[2] Tema que retrata el documental “La Vocera”.
Este proceso constantemente señaló la necesidad de cuestionar las desigualdades en México y la urgencia de construir una justicia otra, donde las mujeres indígenas son esenciales para que esto suceda. Sin embargo, es importante señalar que el CNI- CIG, busca vincularse no sólo desde las problemáticas de los pueblos indígenas, sino también intenta construir alianzas con trabajadores, estudiantes, amas de casa, obreros, mujeres, campesinos, colectivos y todo aquel, que se encuentre interpelado a resistir el capitalismo, el racismo y el patriarcado.
"[…] como mujer, como madre, como trabajadora, les digo y les hablo que tenemos que luchar contra este machismo, contra este clasismo, contra este sistema patriarcal que quiere a toda costa acabarnos, separarnos […]si nuestros pueblos viven esa discriminación, mucho más las mujeres, no sólo las mujeres de las comunidades indígenas, pienso que a nivel nacional […] esta lucha va para todo el mundo, esta lucha va más allá de México" (Ma. de Jesús Patricio, 7 de octubre del 2017).
En el proceso electoral del año 2018, para lograr el registro en las boletas era necesario que los candidatos independientes consiguieran 867 mil firmas en al menos 17 estados, teniendo en cada uno de ellos el 1% del padrón electoral. Este abismal número de firmas representó un obstáculo para las personas que, sin el respaldo económico y estructural de los partidos políticos, buscaron contender en las elecciones presidenciales. Solo los candidatos independientes que contaron con recursos para obtener las firmas [muchas veces de forma ilícita] lograron reunir el número necesario, como lo demuestra el registro de Jaime Heliodoro Rodríguez El Bronco y de Margarita Zavala.
De acuerdo con Villoro:
"El Bronco entregó 266 mil 357 firmas duplicadas, 158 mil 532 simuladas y 205 mil tomadas, no de credenciales electorales, sino de fotocopias. Con cinismo, dijo que su gente había cometido ciertas “travesuras” y acusó al INE de alterar los datos. Por su parte, Margarita Zavala tuvo inconsistencias en 327 mil firmas. Aun así alcanzó el registro." (2018)[3]
María de Jesús Patricio a pesar de los obstáculos impuestos por la Ley Electoral, recabó cerca de 300 mil firmas, pero a diferencia de Zavala y Rodríguez, más del 93% fueron válidas. El CNI- CIG, además enfrentó una serie de dificultades en el registro de las firmas pues era necesario que los auxiliares utilizaran teléfonos de alta gama para la aplicación tecnológica del Instituto Nacional Electoral (INE). En un país donde las comunidades indígenas se encuentran en condiciones de pobreza y pobreza extrema, este hecho representó un instrumento de la Ley Electoral para favorecer a una clase social privilegiada.
Por si fuera poco, en este caminar del Concejo Indígena de Gobierno por visibilizar su situación y el despojo de sus territorios, sus miembros y en especial María de Jesús Patricio, han enfrentado un sinfín de comentarios de desprecio que expresan el racismo de un gran sector de la sociedad mexicana, y su incapacidad para pensar que los pueblos indígenas, son sujetos capaces de organizarse por sí mismos y de proponer un proyecto de nación radicalmente distinto al de la clase política. Algunos los culparon de “dividir el voto de la izquierda” y de ser “invención de Salinas”. Basta con revisar los comentarios expresados en redes sociales como Twitter o Facebook, donde pueden rastrearse un gran número de comentarios que expresaron la conjunción del racismo, clasismo y sexismo: “Esa #Marichuy se parece a la que limpia mi casa”[4] dice uno de los comentarios expresados por un usuario de Twitter y que sirvió de ejemplo para una nota del periódico El Universal.[5]
En octubre del 2017, el CNI- CIG y Ma. de Jesús recorrieron gran parte del territorio nacional incluyendo los Caracoles Zapatistas, este recorrido y su figura han sido un símbolo de gran fuerza para los pueblos indígenas organizados que nunca antes habían tenido como Vocera a una mujer nahua, quien ha puesto de manifiesto las desigualdades existentes en el procedimiento electoral en México. Si bien no se logró su registro en las Boletas Electorales, este caminar por territorio nacional y el fortalecimiento y surgimiento de Redes de Apoyo al CNI- CIG[6] en diversos estados del país, continua.
Además, uno de los procesos organizativos que se han fortalecido como parte de la construcción del Concejo Indígena de Gobierno, es la participación de las mujeres indígenas como Concejalas, quienes además de Marichuy, han alzado sus voces para denunciar el despojo y los megaproyectos de muerte en sus comunidades[7], pero también han iniciado a escribir una historia diferente, donde las mujeres pertenecientes a los pueblos originarios intentan cambiar el rumbo de la nación: “No fui arrullada con canciones de cuna, sino con cantos guerreros” (Muñoz, 2018), dice la Concejala comca’ac Gabriela Molina de la comunidad Desemboque de los Seris Sonora, recordándonos la fuerza de su pueblo.
Rocío Moreno, concejala coca de la comunidad de Mezcala en Jalisco señala acertadamente: La destrucción “no es un problema sólo de los pueblos originarios, sino un problema del país entero.” Se trata de una “guerra contra la vida” y por eso “la única forma de hacerle frente es organizándonos para que no puedan desaparecernos.” (Muñoz, 2018: 28).
Sara López concejala maya de la comunidad de Candelaria, Campeche dice: “Todos somos explotados, hombres y mujeres de todo el mundo, pero la mujer lo es más, y está más relegada, le dicen que sólo sirve para la casa, para hacer las tortillas, la lavada, la planchada, todo el trabajo doméstico. Y nosotras, “somos más que eso.” (Muñoz, 2018: 98).[8]
La irrupción del CNI-CIG de su Vocera y Concejalas, nos muestra un poder distinto, uno legítimo y colectivo, que a diferencia de la política tradicional que centra su atención en las instituciones del Estado, el poder de abajo hace visible los espacios menos pensados, donde se construye día con día, organización y autonomía, espacios donde pueden surgir cambios profundos en cuanto a las relaciones de poder.
Las mujeres pertenecientes al CNI y al EZLN son un ejemplo radical de otra política, una que incluye la experiencia, emociones y los aprendizajes de las mujeres. Esto representa un potencial emancipatorio de gran envergadura que permite continuar y fortalecer los procesos de resistencia comunitarios y construir lazos más sólidos para hacer frente no solo al patriarcado, sino al racismo estructural y al capitalismo.
Así como la Comandanta Ramona fue central en la creación de la Ley Revolucionaria de Mujeres del año 1993, en la actualidad Marichuy, es un referente de “la lucha por la vida” y en contra del patriarcado, no solo para el zapatismo y para las y los integrantes del CNI-CIG, sino también, para quienes vemos día a día, que la política tradicional no alcanza para transformar la realidad, para edificar justicia social y para resarcir el daño de miles de familias con asesinados, desaparecidas y desaparecidos.
Desde el periodo de conquista, hasta el día de hoy: el despojo, el desprecio, la represión y la explotación de los pueblos indígenas y de la naturaleza (lo que los zapatistas denominan como las 4 ruedas del capitalismo), se continúa perpetuando en forma de dominación y saqueo. Megaproyectos como el mal llamado Tren Maya, el Proyecto Integral Morelos (PIM) o el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, representan la expansión de esta conquista territorial, aunque ello signifique no sólo entregar la soberanía nacional a intereses privados, sino primordialmente acabar con las resistencias que desde abajo y la izquierda abanderan los pueblos originarios.
Existe, por lo tanto, un continuum de violencias iniciadas con el saqueo colonial hasta nuestros días y es a través de las 4 ruedas del capitalismo mencionadas anteriormente, que la Hidra capitalista sigue avanzando. El eje del modelo civilizatorio actual, es primordialmente ecocida, pues prefiere el capital sobre la vida humana y no humana. Este modelo ha hecho todo lo posible por desvincular a la humanidad, de la naturaleza y de otros seres vivientes, lo que ha provocado la destrucción de innumerables ecosistemas y especies. Las consecuencias son diversas, desde el calentamiento global, hasta la proliferación de enfermedades. Lo que caracteriza a este sistema de la modernidad/colonial/capitalista, es hacer negocio con la muerte.
Mañana tal vez sea tarde, hoy, es el momento de construir un poder colectivo, de abajo y a la izquierda que luche por la vida, por la madre tierra. Las Redes de Apoyo al CNI-CIG que surgieron con la propuesta de juntar las firmas necesarias para lograr el registro de Ma. de Jesús Patricio en las Boletas Electorales de las elecciones presidenciales del 2018, siguen impulsando la articulación con diversos sectores de la sociedad como son mujeres, trabajadores del campo y la ciudad, activistas, universitarios, defensores del territorio y la naturaleza, y familias que buscan a sus hijas e hijos desparecidos, entre otros. Con Redes de Apoyo me refiero a la articulación de personas, colectivos, grupos, organizaciones y adherentes a La Sexta Declaración de la Selva Lacandona pertenecientes a la sociedad civil nacional e internacional, que se suman a las demandas planteadas por el EZLN y hoy defendidas también por el CNI.
Estas Redes que surgieron a lo largo del país, tienen como principal ejemplo, la lucha de los pueblos originarios que resisten al embate neoliberal y su necropolitica. Hoy más que nunca, los pueblos pertenecientes al CNI-CIG y al EZLN, hacen un llamado a organizarnos, a ampliar nuestras redes de resistencia en “la lucha por la vida”.
En este sentido la Vocera nahua Ma. de Jesús Patricio, hizo un contundente llamado a la educación como parte de su recorrido en la Universidad Nacional Autónoma de México en el año 2017: "Hoy más que nunca, necesitamos que la educación sea crítica, científica y acorde a la realidad de esta nación multicultural en la que las culturas originarias siempre han sido negadas; lo anterior para que deje de ser el adiestramiento para instruir operadores del despojo, de la producción desmedida, de los justificadores del desastre social, político y ambiental al que nos ha sometido este sistema capitalista, que deje de ser la educación el semillero de la enajenación de los pueblos en nuestras comunidades y en las ciudades. O sea que deje de ser parte de los engranes que hacen funcionar al sistema capitalista." (Ma. de Jesús Patricio como parte de su recorrido en el país, Ciudad Universitaria, 28 de noviembre del 2017).
La propuesta del CNI que ha quedado registrada en el documental La Vocera, ha sido un llamado para unir los dolores y las luchas de todas y todos: “Nuestra propuesta es muy sencilla: estremezcamos juntos esta nación. Es el tiempo de reconstruir este país”. (Ma. Jesús Patricio en Ciudad Universitaria, México, noviembre del 2017).
Hoy más que nunca, la lucha es por la vida y por lo tanto, en contra del capitalismo y sus empresas criminales que buscan apropiarse de los recursos, de los territorios y de las personas para volverlas mercancías. Es necesario volver a la organización comunitaria en nuestros espacios, fortalecer las alianzas y la organización anticapitalista, anticolonial y antipatirarcal.
Hoy, debemos preguntarnos ¿qué estamos haciendo para defender la vida?
Presentación de La Vocera en Guanajuanto en la Universidad de Guanajuato y en el campus León de la misma casa de estudios, 7 y 8 de septiembre del 2022
Para ver la transmisión de la presentación:
[1] http://www.congresonacionalindigena.org/ [2] Para mayor información consultar el comunicado del EZLN - CNI: “Que retiemble en sus centros la tierra” del 14 de octubre del 2016. [3] Villoro, Juan (2018) “Las paradojas de la honestidad” en Periódico Reforma. 30 de marzo. [4] Disponible en: http://terceravia.mx/2017/10/detestable-racismo-contra-marichuy-en-las-redes-sociales-mexicanas/ [5] Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/se-mofan-de-marichuy-la-candidata-independiente-indigena [6] Con Redes de Apoyo me refiero a la articulación de personas, colectivos, grupos, organizaciones y adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona pertenecientes a la sociedad civil nacional e internacional, que se suman a las demandas planteadas por el EZLN y hoy defendidas también por el CNI-CIG. [7] Como el Tren Maya, El proyecto Integral Morelos, El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, entre otros. [8] Muñoz, Flores (2018) Flores en el desierto. Mujeres del Concejo Indígena de Gobierno. México, Rosa Luxemburgo Stiftung.
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