Publicado en Zona Docs
20 de diciembre de 2024
Por Ana Carbonell / @ZonaDocs
Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC) anunció el lanzamiento del Violentómetro para identificar las agresiones contra las mujeres periodistas y defensoras de derechos humanos en México. Su propósito es cuantificar y prevenir estas violencias desde la primera instancia.
Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC) presentó “El violentómetro”, una herramienta para medir el nivel de riesgo que enfrentan las mujeres periodistas y defensoras en el ejercicio de su labor.
El evento de lanzamiento fue moderador por Cirenia Celestino Ortega, coordinadora de comunicación de la organización y periodista feminista, junto a Jessica Arellano López, Verónica Espinosa Villegas, Blanca Medina Fonseca y Ana Luisa Partida del Llano, hablaron de la importancia de esta herramienta para la creación de políticas públicas útiles para las mujeres periodistas.
Celestino Ortega mencionó que CIMAC desarrolló una metodología específica para la documentación y el acompañamiento integral de mujeres en México, producto del trabajo que han realizado con periodistas y defensoras que atraviesan por casos de violencia. Así lograron desarrollar e identificar los niveles y acciones presentes en el Violentómetro. Esencialmente, expuso, lo más importante es conocer las situaciones de riesgo, para actuar a tiempo y tomar medidas de prevención.
Ana Luisa Partida del Llano, parte del programa de Libertad de Expresión y Género de CIMAC, especificó que la información utilizada para la creación del Violentómetro vino de la documentación de casos de mujeres periodistas que han sido agredidas por o en su labor. Esto significa acompañamiento psicosocial y procesos de denuncia. Ella también enfatizó en la necesidad de atender la prevención de las agresiones, antes de que escalen a algo fatal.
Hay muchos casos de violencia que no atentan contra la vida de la periodista, pero que puede escalar de forma exponencial de un momento a otro.
Presentó varios casos que han llegado a CIMAC que demuestran que la violencia en contra de las periodistas no es escalable, ni lineal o aislada. Usualmente es una conglomeración de acciones que pueden pasar de niveles “bajos” (amenazas, intimidación, violencia digital) a niveles “altos” (violencia física, desplazamiento forzado, atentados contra la vida) de un día a otro.
La documentación de CIMAC reveló mil 145 agresiones en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la mayoría de éstas: amenazas, intimidación, agresiones físicas, hostigamiento y campañas de desprestigio.
Estos datos, reveló Ana Luisa, demuestra que debe haber una garantía de no repetición. Y es que, señaló que es importante comprender que más allá de números o escalas, la violencia constante tiene impactos reales. Los efectos que tiene en la vida y desempeño laboral de las mujeres. Hay afectaciones graves a su salud física y emocional. Por lo tanto, reconoció que tiene que haber una política que pueda prevenir estas violencias, ya que las agresiones no son aisladas, “de una campaña de desprestigio a una agresión física, de un día a otro”, concluyó.
Jessica Arellano López, doctora en Antropología Social y parte de Aluna Acompañamiento Psicosocial, organización que brinda acompañamiento psicosocial a víctimas de violencia política, mencionó la importancia de utilizar el Violentómetro más allá de una herramienta de categorización y documentación. Desde su mirada, este puede ayudar a detectar el aumento de violencia y ser una alerta para que las autoridades actúen correctamente.
Compartió que la violencia que viven las periodistas se manifiesta de diversas formas y, por ende, afecta su salud mental y física de maneras particulares, entre estos efectos señaló los siguientes datos:
En México, las periodistas trabajan en un contexto de violencia cotidiana. Desde Aluna han identificado un alto número de comunicadores con estrés post-traumático por los temas que tratan.
Los riesgos del trabajo mismo. El visibilizar injusticias y hablar sobre movimientos sociales los hace susceptibles a persecución, revictimización y amenazas. Y, para las comunicadoras, las consecuencias se ven atravesadas por su género. Un ejemplo claro es que son mucho más vulnerables a sufrir hostigamiento y violencia sexual.
El constante contacto con situaciones violentas como desapariciones y feminicidios, junto con el acompañamiento de las víctimas.
Arellano López concluyó enfatizando en la importancia de utilizar herramientas como el Violentómetro con un enfoque interseccional e intercultural. No es lo mismo ser una comunicadora en un espacio rural o, incluso, ser una mujer indígena que recibe amenazas, a una que vive en un contexto citadino. Cada caso debe ser analizado con cuidado para identificar las afectaciones más allá de lo individual: en el aspecto familiar, en el tejido social y laboral.
Verónica Espinoza, periodista feminista de la revista Proceso y parte de la Red Nacional de Periodistas, resaltó cómo cada instancia de violencia se da a través de circunstancias y condiciones particulares: “es por eso que uno de los elementos más valiosos sin los que las mujeres periodistas no podrían desarrollar sus actividades son las organizaciones de la sociedad civil que las acompañan”.
La documentación de casos, según Espinoza, fue la primera pieza fundamental para la creación de herramientas como el Violentómetro, para ello, resultó importante reconocer las diferencias entre las violencias que se perpetran en contra de las mujeres periodistas para no “hablar de agresiones generalizadas”. Estas, se suscriben en un contexto de desigualdad, discriminacion, pobreza que afecta a las mujeres distinto que a los hombres, en los cuidados familiares, en la política, en la niñez, manifestó.
Las violencias no son iguales, por lo tanto, se tienen que medir de manera distinta.
Finalmente, Laura Chavez Rubio, colaboradora federal del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas comentó que muchas veces las mujeres llegan a las autoridades sin las palabras precisas para describir su situación. Esto puede hacer que las autoridades minimicen lo que les sucede. El Violentómetro puede ayudar a nombrar y visibilizar correctamente lo que viven. Le da nombre y entendimiento a contextos de violencia complejos.
Las presentadoras coincidieron en la importancia de la interseccionalidad dentro de la identificación de casos, así como en la colaboración entre sectores para la creación de una política pública integral que tome en cuenta todas las realidades. El Violentómetro debe ir acompañado de un análisis de contexto por caso.
Las instituciones pueden utilizarlo como herramienta para prevenir la violencia y recuperar la confianza perdida de las periodistas y defensoras de los derechos humanos, de credibilidad a través de acciones concretas.
El primer paso para erradicar la violencia es el reconocimiento del trabajo que hacen las periodistas y defensoras de derechos humanos, concluyó Cirenia.
El Violentómetro está disponible en la página web de CIMAC A.C., y puedes consultar la grabación del foro en su página de Facebook.