Por Sylvia Marcos.
Publicado en Camino al andar.
20 de junio de 2021.
…lo sabemos bien que hay quienes no son ni
hombres ni mujeres y que nosotras les llamamos
“otroas” …y no les ha sido fácil ganar ese derecho
de ser lo que son…
¿Y a poco todavía les vamos a obligar que o son
hombres o son mujeres y que tienen que ponerse
de un lado o del otro?1
Foto: Archivo Zapatista
¿Quién es Marijose? La otroa, compañeroa zapatista elegida para invadir la Europa de abajo siendo la primera en desembarcar y poner su planta en territorio europeo.
¿Qué quiere decir que el zapatismo haya elegido esta presencia para llegar primero y dar el mensaje de sus luchas en estos tiempos de tormenta?
Los y las zapatistas han usado (frecuente y reiteradamente) estos últimos años este término para designar una identidad que afuera llamamos “sexo-genérica”. ¿Qué nos quieren decir con este uso? Un uso reiterado del término que lo convierte (transforma) en concepto. ¿Qué significados conceptuales pueden leerse en este uso colectivo de la palabra OTROA? Compañeroa, pero también: niñoas, ciudadanoas, hermanoas, elloas… Todos términos que encontramos en los discursos y documentos desde el Zapatismo.
"...la mayor Irma se acercó y le dijo “ponle que no están solas”. ”Ni solos”, agregó el teniente coronel Rolando. “Ni soloas”, aventuró la Marijose, que llegó para pedir a los musiqueros que hagan una versión del Lago de los Cisnes pero en cumbia."2 Concepto con un uso persistente; un uso que convoca y se abre a la analogía. Es la fluidez entre espacios, conductas, maneras que rehacen las fronteras entre femenino y masculino en la cotidianidad y en la lucha.
¿Qué nos quieren decir? Desde el zapatismo, desde ese proyecto tan nuevo y ancestral de filosofía política, nos abren otra forma analógica para reconocer, rehacer y descentrar (hacer explotar) las identidades de género convencionales.
Nos dicen: “Buenas tardes, días, noches, madrugadas a todas, todos, todoas”. Proponen una inclusión magna y que escapa a los binarismos duales que se cuelan en nuestro lenguaje para definirnos a hombres y mujeres como tajantemente opuestos y diversos.
El zapatismo, de nuevo nos convoca con su pensamiento radical a cuestionarnos creencias axiomáticas. Los hombres y las mujeres somos permanentemente diferentes, con identidad estática, identidad impoluta de lo femenino contra lo masculino, de enfrentamientos porque somos tajante y firmemente diversos, y hasta antagónicos. Lo masculino es superior, lo femenino subalterno. “Así es”, nos dicen las tradiciones filosóficas en las que la modernidad esta afincada.
Los zapatistas dicen con sus prácticas corpóreas, con sus prácticas políticas y sus prácticas discursivas, un firme: NO. Estamos en fluidez. Estamos fluyendo de una frontera masculina hacia una frontera femenina.
El horizonte empírico nos define en intermedios también. Nos reta, nos seduce con esta innovación que es una reinvención que recupera del pasado miradas y formas que aparecen como espacios nuevos, que son re inventados en el presente.
Otroas, milicianoas, compañeroas, promotoroas, formadoroas: son conceptos horizonte. Funcionan como formadores del campo empírico. Se puede decir que son mojoneras cognoscitivas y perceptuales que conforman el marco de la experiencia. Tienen la misma configuración epistemológica que el horizonte. El horizonte se distingue de los otros confines y límites, por ejemplo, de la frontera. No es fijo, como afirma Jean Robert3, y depende de la subjetividad colectiva que lo suscribe, en el caso del zapatismo.
He estado recogiendo extractos de discursos estos últimos años, los atesoro, los conecto y los reservo con mis notas. Creo que nos quieren decir algo, y algo muy importante sobre su ser mujeres y hombres y luchadores para crear otro mundo. Pienso que abren, también aquí, una propuesta ética un camino innovador con sus referencias ancestrales. Como en tantos espacios, el zapatismo se adelanta, avanza retrocediendo (la imagen del ángel de Walter Benjamin), y lo expresan con sus paradojas constantes. Así recrean un mundo de posibilidades inéditas: “seguimos caminos y rutas que no existen en los mapas ni en los satélites y que solo se encuentran en el pensamiento de nuestros más antiguos”4.
El concepto de otroas expresa una referencia teórica inspirada y propia del universo filosófico de legados ancestrales mesoamericanos; y desde el hoy de las comunidades y pueblos zapatistas.
Desde las prácticas de sus propias luchas se proponen abrazar, incorporar y no discriminar, ni rechazar, los varios matices del género móvil como se viven en sus luchas y en su cotidianidad. Están ahí esos matices: son deslices percibidos colectivamente en las tareas de la cotidianidad y de la gobernanza en la autonomía zapatista.
Como dicen las zapatistas en su carta “¿y por qué los vamos a obligar que son hombres o son mujeres?”. La creatividad de la autonomía zapatista busca cómo dar cuenta sin oprimir ni rechazar, sin juzgar a esas otras formas de ser, y de ser en comunidad.
Se lanzan hacia lo impreciso (desconocido) y lo nombran, lo expresan; pero retroceden para recuperar herencias milenarias de maneras de vivirse como hombres y como mujeres, y con los intermedios entre estos dos. Así recuperan, re construyen y proponen futuros menos opresivos. Estos anclajes ancestrales ni siquiera se fueron: se quedaron arraigados en las vivencias, los mitos, las prácticas, los ritos, los sueños, todos, de comunidades vivas y vividas, no sólo adentro del zapatismo, sino también en comunidades de pueblos de la región mesoamericana.
“Basta con un unoa zapatista”, afirman.
La Colonia les enseñó a avergonzarse de poder ser “ni hombre ni mujer”, sino los dos. Les atrajo castigo de los catequizadores, entusiasmados en imponer una moral sexual semejante a la que ellos traían. Los Confesionarios coloniales lo expresan claramente. Todos casi re construidos con base en el de fray Alonso de Molina5, son principalmente inquisiciones sobre el eros vivido encarnado que va en contra de los distanciamientos prescritos de una norma que establece qué es y cómo ser “sólo mujer” -o- “sólo hombre”.
La conceptualidad dicotómica sobre los cuerpos impone concebir, también, una naturaleza patológica que hay que corregir desde la anatomía, desde la genitalidad “natural” de cuerpos construidos socialmente, sin tomar en cuenta conformaciones otras.
De por sí, la naturaleza reclama su presencia y respeto. Los llamados hermafroditas parecen denunciar con su cuerpo el dislocamiento (desfase) que ha hecho la filosofía y cultura dominantes para denominar esta variante –natural- proponiendo castrarla, considerándola patológica o como cuerpos “monstruo” decía, en el ámbito urbano, una compañera nacida con esta condición.
Todo esto, está considerado e implícito, en la base del concepto otroas. Es reconocer las variantes físicas, corpóreas y su tránsito permanente, incluso reconocido medicamente, entre uno y otro polo. Es una propuesta de recreación perceptual que puede liberarnos de atavismos creados. ¿Quizás las culturas originarias ya lo habían comprendido así?
Y, dicen las zapatistas “… ¿y porque lo vamos a obligar que son hombres o mujeres y que tienen que ponerse de un lado o de otro?”
Porque, se podría preguntar también, ¿por qué tenemos que acomodar el mundo y nuestro cuerpo/ser múltiple, complejo, mixto, heterogéneo, combinado, bi-morfo en categorías mutuamente excluyentes? ¿O en binarismos opuestos y antagónicos? ¿En polos de identidad genérica que se excluyen uno al otro?
Esto es ajeno a las raíces filosóficas mesoamericanas en donde lo que pudiéramos denominar género está concebido como la fluidez entre los opuestos como complementarios, asimétricos, móviles y mutuamente constitutivos. Son mojoneras cognoscitivas, como las llamaría Jean Robert, que tenemos que recuperar 6.
¿Porque seguir la norma, considerada “natural, axiomática” de que se es hombre o se es mujer?
¿Y qué pasa con todas las fugas, los deslices, en los intermedios?
Castigados, rechazados, invisibilizados, satanizados.
Pero el Zapatismo avanza retrocediendo. Ciertos núcleos ancestrales prevalecen y se re encarnan en el hoy. Reencarnan vivencialmente y políticamente con otros términos, formas conceptuales, otras propuestas para vivir, vivirse y luchar.
Emergiendo del contexto zapatista el concepto de otroas no puede subsumirse al concepto de transgénero, por el peso ancestral en el que se enmarca. Y esto aun cuando la propuesta “transgénero” tenga una compleja multiplicidad de significados y sus luchas remiten al ámbito de la justicia social.
Tampoco puede ser incrustado como una más de las referencias a los movimientos LGBTTT. Su contexto y su base conceptual filosófica, descoloca esta posibilidad, ya que se instala fuera de los binarismos que inevitablemente se recrean adentro de estas luchas. El pensamiento zapatista recogido en el concepto “otroas” exige un espacio propio.
La fluidez de género, ha sido un elemento filosófico constitutivo del pensamiento mesoamericano y hace su irrupción aquí, en la “identidad sexo genérica”. ¿Cuál sexo? ¿Cuál género? Categorías coloniales que hemos absorbido desde las fuentes filosóficas dominantes.
Aquí, con las culturas vivas, revividas y persistentes, se encuentran matrices filosóficas que nos vienen a reclamar su desaparición de nuestros medios. También demuestran cómo esta ausencia nos ha empobrecido. “¿Cómo los vamos a obligar que son hombres o son mujeres?”, “si esas personas no quieren, se hace mal si no se les respeta” preguntan y afirman con asombro las zapatistas en esa Carta de las Zapatistas en 2019. “¿Por qué no respetamos sus derechos a no ser hombre ni mujer? Sino ambos a la vez, en diferentes gradaciones y en constante fusión móvil. Y añaden:” …tienen derecho a ser lo que son sin esconderse”. Incluso hoy, Marijose va a ser la primeroa zapatista en pisar y, a la inversa, “invadir” el continente europeo.
Pero pensar esto, desde el zapatismo “como lo pensamos al mundo” dijo el Sub Moisés, no es una novedad de la modernidad. Se inicia y prevalece oculta en tradiciones ancestrales de los pueblos mayas zapatistas. Reelaboraciones del “núcleo duro”, diría López Austin. Está en sus prácticas lingüísticas, en su preferencia por feminizar (la problema, insurgentas, sargentas, jovenas, comandantas, comisariadas, agentas); y no en masculinizar genéricamente como cuando se habla de “los derechos del hombre” (¡como si no existiéramos mujeres!). Se concibe adentro de esa “fluidez de género” como la llamaríamos hoy en la academia y en filosofía. Fluidez de género que implica el tránsito constante entre lo masculino y lo femenino con sus múltiples e internos deslices, pero también la no organización jerárquica entre los opuestos, sino que estos son complementarios asimétricamente, y mutuamente constitutivos.
A partir del Colonialismo, repentina, histórica y filosóficamente, el mundo y los humanos nos construimos con categorías binarias y mutuamente excluyentes. No hay más: se debe definir como “ser hombre” o “ser mujer” para lograr aceptación social mayoritaria. Se trata de imponer una normatividad estática al movimiento y oscilación espontánea propias de lo masculino y lo femenino. Esta movilización interna, también anatómica y hormonal, ya investigada a nivel físico, es desechada.
Hay que olvidar también la porosidad del cuerpo, su extensión más allá de la piel, su fusión intermitente con los cuatro rumbos del universo. Todo eso pertenece a las creencias de culturas invadidas, sofocadas, que gradualmente se transformaron en referencias a ocultar clandestinamente para proteger sus convicciones, creencias, ritos y mitos locales. “Secretamente nuestra gente siguió transmitiendo la sabiduría de los antepasados” (afirmó, en la Escuelita el profesor Javier en agosto 2013).
Pero hoy emerge el zapatismo, con sus mujeres fuertes y lúcidas, que han avanzado dejándonos atrás a las feministas externas. Ellas van recuperando tradiciones que las ennoblecen y dignifican en los tiempos de hoy. Ellas recuperan esa posibilidad intermedia. Ellas reivindican ese lugar fluido y comunitario: ni hombre ni mujer, sino ambos a la vez. Recuerdos de referencias a la fusión del gato/perro con el Sub Galeano, para explicar esas innombrables fusiones (de complementariedad asimétrica y móvil), del cosmos Mesoamericano revivido hoy en la carne de las y los otroas. Y nos vienen a enseñar otro camino, como en tantas otras cosas. Otro camino Otro mundo en donde muchas búsquedas se sintetizan con la claridad y aceptación del concepto de “otroas”: vivir la fluidez del cuerpo/género/cosmos.
Y nos abren nuevos caminos a nosotras, nosotroas, al invadir las multiplicidades de denominaciones “sexo genéricas”, que se incrementan sin cesar. Las y los zapatistas, lo sintetizan con otroa, niñoa, compañeroa, hermanoa. Una riqueza que simplifica y a la vez complejiza sus significados conceptuales; nos aterriza en tradiciones filosóficas de nuestros suelos; nos ofrece caminos para aceptar gozosamente la variabilidad de los cuerpos, de la carne, del ser nacido aquí sin los herrumbres de herencias filosóficas coloniales que opacan y descartan los núcleos filosóficos del ser en nuestro suelo.
Acogerse a ellos, nos aliviana, nos enaltece, nos simplifica y nos ensanchamos para abrazar toda la diversidad del ser como nos llega a esta tierra.
Y los zapatistas eligen a unoa otroa para pisar primero el continente europeo.
¿Nos queda un poco más claro ahora? Abrir caminos impensables que se vigorizan y resuelven con paz y amor. Citas preciosas que he estado recuperado cuidadosamente. Convocada por esta redundante apuesta zapatista a expresar lo profundo de sus sentipensares. Remitiéndome ahora a algo que nos quieren decir, sin decirlo explícitamente; pero que lo expresan con sus prácticas políticas por el espacio de lucha prioritario que ocupan:
Foto: Regeneración Radio
“Marijose. 39 años. Tojolabal de la zona selva fronteriza. Habla la castilla con fluidez… Ha sido milicianoa, promotoroa de salud, promotoroa de educación, y formadoroa de educación”
Después de enumerar estos espacios tan vitales y centrales para la consolidación de la autonomía zapatista añaden:
“Se preparó durante6 meses para ser delegadoa. Voluntarioa para viajar en barco a Europa. Se le ha designado como loa primeroa zapatista que desembarque y, con elloa, inicie la invasión… ok, la visita a Europa.”7
Marijose ocupa, como otroa, espacios cruciales y fundamentales para la consolidación de la Autonomía Zapatista. Es, además, unoa otroa que no sufre la exclusión de los márgenes, las discriminaciones y los rechazos violentos que sufriría en la sociedad capitalista exterior.
Entienda quien pueda. Solo sé que no sé nada y que empiezo a caminar en este impredecible descubrimiento de lo que pudieran querer decirnos. Desde mi mundo, desde mi tiempo, desde mi modo, desde mi rumbo….
Y “con ellos, ellas, elloas”.
Hay momentos que, si queremos seguir pensando, debemos pensar lo impensable.
Sylvia Marcos, Cuadernos Feministas No 38, (en prensa). Escrito para honrar al pensador zapatista Jean Robert Cuernavaca, Morelos a 11 Junio, 2021.
1 Carta de las zapatistas a las mujeres que luchan en el mundo. (11 de febrero del 2019) Recuperado de: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2019/02/11/carta-de-las-zapatistas-a-las-mujeres-que-luchan-en-el- mundo/
2 Subcomandante Insurgente Galeano. (09 de octubre del 2020). Quinta Parte: LA MIRADA Y LA DISTANCIA A LA PUERTA. Recuperado de: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2020/10/09/quinta-parte-la-mirada-y-la- distancia-a-la-puerta/
3 Robert, Jean. (1999) Las aguas arquetípicas y la globalización del desvalor. Recuperado de: http://umbrales2.blogspot.com/2021/02/las-aguas-arquetipicas-y-la.html 4 Subcomandante Insurgente Moisés. (07 de agosto del 2019). Comunicado del CCRI-CG del EZLN. Y ROMPIMOS EL CERCO. Recuperado de: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2019/08/17/comunicado-del- ccri-cg-del-ezln-y-rompimos-el-cerco-subcomandante-insurgente-moises/
5 Marcos, Sylvia. “Erotismo indígena y moralidad colonial” p. 119-138, Tomado de los Labios, cap. 7, Abya Yala, Quito, 2011.
6 Ver: Gil, Yásnaya A. Cumes, Aura. (2021). Revista de la Universidad de México. Entrevista con Aura Cumes: la dualidad complementaria y el Popol vuj. Dossier Descolonización. Recuperado de: https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/8c6a441d-7b8a-4db5-a62f-98c71d32ae92/entrevista-con- aura-cumes-la-dualidad-complementaria-y-el-popol-vuj
7 Subcomandante Insurgente Galeano. (17 de abril del 2021). Escuadrón 421. Recuperado de: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2021/04/17/escuadron-421/
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